Aumentan las Adopciones en Protectoras de Animales

En el último año, las protectoras de animales de España han mostrado una tendencia al alza en las adopciones, impulsada principalmente por el incremento de adopciones de perros. Las cifras señalan que de los 173.000 perros que llegaron a las protectoras españolas en 2024, se adoptaron unas 90.000 mascotas, una cantidad que supera notablemente la cifra de años anteriores. Es decir aumentan las adopciones en protectoras de animales. Y refleja, entre otros factores, una mayor sensibilización de la sociedad hacia la situación de los animales abandonados.

Paralelamente, el conjunto de perros y gatos recogidos por las protectoras durante 2024 asciende a 286.000, con más de 148.000 adoptados. Lo que representa un aumento aproximado del 11% respecto al año precedente. Este repunte, presentado por responsables de los centros de acogida, evidencia una mejora en la aceptación social de la adopción como opción responsable frente a la compra o la tenencia sin suficiente reflexión.

No obstante, el informe también señala un porcentaje significativo de animales que, pese a las campañas, continúan sin hogar. Lo que hace necesario seguir fomentando la adopción con enfoques educativos y prácticos que reduzcan el abandono y faciliten la integración de los nuevos hogares.

Adopciones de Animales en las Protectoras Desglosadas

La distinción entre perros y gatos permite comprender mejor la dinámica por la que aumentan las adopciones en protectoras. En 2024, de los 173.000 perros recogidos, se adoptaron aproximadamente 90.000, cifra que marca un crecimiento respecto a 2023, cuando las adopciones caninas rondaban las 77.000. En el ámbito felino, de los 118.000 gatos recogidos, 57.000 encontraron un nuevo hogar, una cifra que se mantiene relativamente estable respecto a 2023, cuando se situó en 56.000. Este equilibrio entre especies revela que las campañas de sensibilización y las mejoras en la gestión de centros de acogida están logrando resultados consistentes para perros y gatos, aunque los perros siguen representando la mayor cuota de crecimiento en adopciones.

Es relevante señalar que, pese a este progreso, alrededor de un 18% de los animales introducidos a las protectoras en 2024 continuaron sin hogar al cierre del año. Un indicador que subraya la necesidad de estrategias más eficaces para reducir el abandono y acelerar la adopción, sin perder de vista el bienestar y la calidad de vida de los animales a lo largo del proceso.

Influencia de la Edad y otros Factores que Afectan a la Adopción

La edad del animal es un factor decisivo que modula la decisión de la adopción y el tiempo de permanencia en el refugio. Las cifras señalan que los animales adultos y seniors pueden permanecer en los refugios durante una media de 14 meses antes de lograr una adopción, mientras que los cachorros acaban encontrando hogar en un periodo mucho más breve, con una media de alrededor de 3 meses.

Este desfase se explica, en gran medida, por el atractivo natural que ejercen los cachorros. Así como por la percepción de menor riesgo y mayor posibilidad de integración en la dinámica familiar. Además de la edad, otros elementos pueden prolongar la estancia de un animal en el refugio: pertenecer a una raza considerada potencialmente peligrosa, presentar problemas de conducta, sufrir una enfermedad crónica o ser de gran tamaño.

Estas variables suelen activar barreras psicológicas o logísticas en los adoptantes potenciales, a pesar de que pueden ser superadas con apoyo profesional y un entorno adecuado. Ante estas realidades, la labor educativa para desmantelar mitos y fomentar la adopción responsable cobra una relevancia significativa, como señalan los profesionales de los centros de acogida y responsables de campañas de sensibilización.

Mitos Habituales y la Necesidad de la Educación Pública

A pesar de la creciente concienciación y que aumentan las adopciones en protectoras, persisten mitos que dificultan la adopción responsable. Entre los más comunes se encuentran ideas como: un perro grande requiere demasiado espacio, los problemas de conducta son inevitables o imposibles de corregir, y que los perros mayores no pueden adaptarse a una nueva familia.

Estas creencias, sin base en la realidad, tienden a cerrar puertas a animales con capacidades de integración y afecto duradero. Isabel Buil, representante de un centro de acogida, subraya la necesidad de desmontar estas ideas: “A pesar de que cada vez hay más concienciación, aún existen muchos mitos acerca de la adopción: que un perro grande necesita mucho espacio, que los problemas de conducta no se pueden mejorar, que los perros mayores no se adaptan… Nada de esto es así. El comportamiento de un animal la define en gran medida su entorno; no sus características físicas. Debemos seguir luchando para romper estas falsas creencias que solo hacen que cerrar puertas a animales capaces de integrarse en nuevas familias y crear vínculos duraderos con ellas”.

Este marco de pensamiento subraya la importancia de programas de educación que acompañen la adopción, con recursos que expliquen las necesidades reales de cada especie, los cuidados necesarios y las opciones de apoyo profesional cuando surgen dificultades. Un enfoque centrado en la educación y la información veraz puede convertir la adopción en una experiencia positiva y sostenible para familias y animales.

Conclusión

El Estudio “Él Nunca Lo Haría” 2024 ofrece una visión alentadora sobre la tasa de éxito de las adopciones: 9 de cada 10 adoptados son considerados un éxito por las entidades de protección animal. Este porcentaje refleja la efectividad de las prácticas de acogida, la selección de parejas adecuadas y el acompañamiento durante el periodo de adaptación. Por otro lado, que adopciones en protectoras de animales es todo un éxito. Sin embargo, el 10% restante no alcanza la consolidación debido a factores de comportamiento, o a expectativas no realistas sobre la responsabilidad asociada a cuidar de un animal de compañía.

Estos datos enfatizan la necesidad de continuidad en la inversión para reforzar la educación de adopción, la evaluación previa de compatibilidad entre familia y mascota y el acceso a servicios de apoyo, como asesoramiento conductual y atención veterinaria. En palabras de Isabel Buil, “Los problemas de comportamiento, tanto de perros o gatos, pueden mejorarse y en muchos de los casos solucionarse con la ayuda de un veterinario etólogo.

Es fundamental tener paciencia y mantener expectativas realistas durante los primeros meses de adaptación del nuevo miembro de la familia”. Este consejo subraya la importancia de plazos realistas, la comunicación entre adoptantes y protectoras, y la disponibilidad de recursos para enfrentar, de forma proactiva, posibles desafíos conductuales. De cara al futuro, las estrategias deben combinar campañas de sensibilización, apoyos prácticos y soluciones estructuradas para reducir el abandono y reforzar la tasa de adopciones exitosas, con un énfasis especial en la educación temprana y la preparación de las familias para un compromiso a largo plazo.