Cistitis en gatos

La cistitis en gatos es una inflamación de la uretra y la vejiga. Y se produce por varios motivos. Como con cualquier afección es muy importante acudir a nuestra clínica veterinaria Granada ante los primeros síntomas. Para parar la enfermedad a tiempo y evitar que se produzcan complicaciones.

Causas de la cistitis felina

  • Piedras en el riñón. Cuando se expulsa un cálculo renal o los cristales urinarios, estos pueden dañar las paredes de la uretra o la vejiga. Lo que provoca a su vez la cistitis en gatos. Si no se producen infecciones, la recuperación del minino es rápida, una vez terminado el tratamiento.
  • Infecciones bacterianas. Las bacterias que viven en la parte exterior del sistema excretor pueden trasladarse hacia dentro. Y llegar a la vejiga y la uretra. Si proliferan estas bacterias causan la infección del interior de los conductos urinarios. Y es cuando se produce la inflamación.
  • Cistitis idiopática. Se produce sin una causa identificable. Normalmente, tras un episodio de mucho estrés. Por ejemplo, cuando se realizan traslados largos o frecuentes.

Síntomas de la cistitis en gatos

  1. Dolor al orinar. El gato siente dolor y molestias al orinar. Y provoca que el gato maúlle o se enfade tras orinar.
  2. Orinar muchas veces. Otro de los síntomas más comunes de la cistitis en gatos es que el minino orina muchas veces. Aunque en poca cantidad. Además, el gato orina en cualquier lugar. Porque no puede controlar bien cuando orina y no le da tiempo a llegar a su arenero.
  3. Micción con sangre. Ya sea debido a la infección o a las heridas que se producen cuando se evacúa un cálculo renal. La sangre y el pus se mezclan con la orina. Que cambia de color y olor.
  4. Lamido excesivo. Los gatos que sufren cistitis felina presentan un lamido excesivo de los genitales. Este comportamiento se debe a el escozor y dolor que causa la enfermedad.
  5. Obstrucción urinaria. Si la inflamación de las vías urinarias se debe a un cálculo o cristal renal, es posible que haya otras piedras en el riñón del gato. Y en algunas ocasiones se produce la obstrucción urinaria. Si el gato no puede orinar es necesario acudir de inmediato al veterinario Granada.

Diagnóstico y tratamiento

El diagnóstico más preciso se consigue con un análisis de orina. Se puede realizar recogiendo la orina del arenero. Para eso hay que limpiar muy bien el arenero y se sustituye la arena con semillas de maíz o un kit de perlas específico. También se puede obtener en la clínica veterinaria. Como en Clínica Veterinaria Alcazaba, ya que tenemos experiencia en otras enfermedades comunes de gatos.

Se puede completar el diagnóstico con una ecografía de la vejiga y los riñones. Para descartar otras enfermedades que podrían causar la cistitis felina.

El tratamiento comienza con analgésicos y antiinflamatorios. Para reducir los síntomas más molestos para el gato. Después, cada caso es individual. Pues si hay cálculos renales, se deben extraer en una cirugía. Y en algunos casos con piensos especiales. En caso de infección hay que añadir antibióticos al tratamiento. Por último, en caso de estés se administran feromonas para que el gato se tranquilice. Además de cuidar bien el entorno del gato.

Como los gatos diabéticos son más propensos a sufrir inflamación de las vías urinarias, se les administra glucosaminas de forma preventiva. Y estos compuestos también se dan como tratamiento.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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