Muchos perros desarrollan un miedo al ruido, generalmente a ruidos fuertes, tales como petardos, tormentas, sirenas, etc.
A veces, estos ruidos les pueden provocar susto, terror o enloquecimiento. Esto es así porque su oído está preparado para captar mucho mejor el sonido que al hombre.
Los perros al oír el ruido pueden tener los siguientes comportamientos:
- Intentan esconderse. Muchas veces lo hace debajo de la cama, y no podemos encontrarlos.
- Salen huyendo. En este caso, corren un gran peligro ya que preso del pánico al correr puede ser atropellado o perderse.
- Agitarse y temblar.
- Ladrar excesivamente.
- Defecar u orinar en casa.
- No querer comer.
¿Cuáles son los motivos por los que los perros tienen este miedo al ruido?
Normalmente los motivos suelen ser:
- Insuficiente socialización. Si hemos criado a nuestro perro desde bebé sin ruidos no se ha
- sociabilizado adecuadamente con éste. Tendrá más propensión a tener miedo a los ruidos conforme se hace mayor.
- Experiencias traumáticas. Tanto si le ha sucedido al propio animal como si ha visto que nos sucede a nosotros, sus amos. Si a nuestro perro le atropella una moto, cada vez que oiga el ruido de una moto se asustará. Si nosotros estamos enfermos y viene una ambulancia para llevarnos al hospital, cada vez que oiga la sirena se asustará.
- Genética. Hay perros que por su propia genética sienten miedo a los ruidos, transmitiéndose de generación en generación.
- Nosotros. Nosotros sus dueños. Si nosotros mismos ante los ruidos fuertes, gritamos, nos sobresaltamos o nos escondemos. Nuestros canes harán lo mismo. Con lo cual, debemos con normalidad.
¿Cómo ayudamos a nuestro perro a superar estos miedos?
Entre las soluciones a aplicar están:
- Educar a nuestro perro desde una edad temprana a que convivan con los ruidos.
- Ante los ruidos, nosotros mostrarnos calmados, no gritarles. Así les daremos seguridad.
- Mostrarnos impasibles ante los ruidos, a la larga hará que a nuestros perros les resulten indiferentes.
- En el momento del ruido, jugar con el perro para que se distraigan y no hagan caso al mismo.
- Nunca castigarlos, si sienten miedo, les crearíamos situaciones de pánico.
- En caso de que sientan miedo, no acariciarles ni consolarles. Esto se ha una vez que ha transcurrido el miedo.
- En casos extremos, debemos enseñar al perro a huir hacia nosotros.