Manejo Clínico de la Otitis Externa en Perros

La otitis externa es una inflamación aguda o crónica del conducto auditivo externo en perros, frecuentemente asociada a enfermedades primarias que alteran su estructura y función. Esta condición predispone a infecciones secundarias, siendo particularmente común en razas como el cocker spaniel, que desarrollan formas graves y recurrentes. El diagnóstico temprano y el tratamiento adecuado son esenciales para prevenir complicaciones y mejorar la calidad de vida del animal.

Los síntomas incluyen prurito, dolor, sacudidas de cabeza, secreción maloliente y enrojecimiento del pabellón auditivo. En casos crónicos, pueden observarse hiperqueratosis, estenosis del canal e incluso pérdida auditiva. La otitis media concurrente debe sospecharse si la inflamación persiste más de dos meses, requiriendo evaluación exhaustiva para evitar daños irreversibles.

El manejo integral implica identificar la causa primaria, controlar infecciones secundarias y establecer protocolos de limpieza y medicación. La intervención de un especialista en otorrinolaringología veterinaria es crucial para un pronóstico favorable. Especialmente en casos avanzados donde la fibrosis o la osificación del canal complican el tratamiento.

Síntomas de la Otitis en Perros

La otitis externa en perros se manifiesta a través de diversos signos clínicos que varían según la gravedad y cronicidad de la infección. Uno de los síntomas más frecuentes es el rascado excesivo de las orejas o el frotamiento de la cabeza contra superficies, indicando irritación o prurito. Además, el perro puede sacudir la cabeza con frecuencia en un intento de aliviar la molestia, lo que en casos severos puede provocar hematomas en el pabellón auricular (otohematoma).

El dolor es otro síntoma clave, especialmente en otitis agudas. El animal puede mostrarse reacio a que le toquen las orejas, emitir quejidos o presentar cambios de comportamiento, como apatía o irritabilidad. En algunos casos, la inflamación provoca enrojecimiento, hinchazón y un aumento en la producción de secreciones, cuyo color y consistencia pueden indicar el tipo de infección: cerumen oscuro (ácaros), pus amarillento (bacterias) o material verdoso (seudomonas).

En otitis crónicas o avanzadas, los síntomas se agravan. El perro puede inclinar la cabeza hacia el lado afectado, presentar dificultad para masticar o mostrar pérdida de equilibrio (síntoma de afectación del oído interno). La sordera parcial o total y el mal olor intenso son señales de alerta que requieren atención veterinaria inmediata. Si la infección alcanza el oído medio o interno, pueden aparecer nistagmo (movimientos oculares involuntarios) y ataxia (descoordinación al caminar), complicaciones graves que demandan tratamiento urgente.

Diagnóstico de la Otitis Externa en Perros

El diagnóstico se basa en historia clínica, examen físico y pruebas complementarias. La otoscopia permite evaluar inflamación, ulceraciones, cuerpos extraños y la integridad de la membrana timpánica. La citología del exudado identifica bacterias, levaduras (como Malassezia), o ácaros (Otodectes cynotis), fundamentales para guiar la terapia antimicrobiana o antiparasitaria.

En casos refractarios, se recomienda cultivo bacteriano o fúngico para determinar sensibilidad a antibióticos. Técnicas de imagen como radiografías, tomografía computarizada o resonancia magnética detectan afectación del oído medio o interno, presentes en el 75% de las otitis crónicas. La dermatohistopatología es útil en neoplasias o enfermedades autoinmunes, proporcionando información clave para abordajes quirúrgicos.

La colaboración entre el veterinario y el propietario es vital. Este último debe reportar cambios en la conducta del perro, como inclinación de cabeza o pérdida de equilibrio, que sugieran otitis interna. Un diagnóstico preciso asegura un tratamiento efectivo y reduce el riesgo de recidivas.

Tratamiento y Pronóstico de la Otitis en Perros

El tratamiento depende de la causa subyacente. En otitis externa en perros, el control de hipersensibilidades (alimentarias o ambientales) combinado con limpiezas periódicas previene recaídas. Para infecciones bacterianas o por levaduras, se prescriben antibióticos tópicos (gotas óticas con gentamicina, miconazol) o sistémicos (amoxicilina-clavulánico). Los glucocorticoides (prednisona) reducen inflamación y dolor en casos severos.

La limpieza profesional bajo sedación elimina exudados en otitis crónicas, usando soluciones salinas, clorhexidina diluida o ceruminolíticos. Se evitan hisopos de algodón por riesgo de trauma. En otitis media o fibrosis avanzada, la cirugía (ablación del canal auditivo) puede ser necesaria. El pronóstico es favorable con manejo temprano, pero casos crónicos requieren terapia de mantenimiento de por vida.

La prevención incluye secar orejas tras baños o natación y evitar la humedad excesiva. Visitas regulares al veterinario y adherencia al tratamiento son clave para el éxito. En nuestra clínica veterinaria en Granada, ofrecemos diagnóstico especializado y planes personalizados para garantizar el bienestar de tu mascota. ¡Contáctanos para una atención integral!

Causas de la Infección de Oídos en Perros

La otitis canina es una afección multifactorial que puede originarse por diversas causas, desde infecciones hasta alergias o anomalías anatómicas. Identificar el factor desencadenante es fundamental para aplicar un tratamiento eficaz y prevenir recaídas. A continuación, se detallan las principales causas de la otitis canina.

1. Infecciones Bacterianas y Fúngicas

Las infecciones secundarias son una de las causas más frecuentes de otitis externa en perros. Bacterias como Staphylococcus pseudintermedius, Pseudomonas aeruginosa y Proteus spp. proliferan en ambientes húmedos y cálidos, exacerbando la inflamación. Las levaduras, especialmente Malassezia pachydermatis, también son comunes en perros con predisposición genética o alteraciones en la barrera cutánea. Estas infecciones suelen manifestarse con secreciones amarillentas o marrones y mal olor.

2. Parásitos (Ácaros y Garrapatas)

Los ácaros del género Otodectes cynotis son una causa frecuente de otitis externa en perros, especialmente en cachorros y perros no tratados preventivamente. Estos parásitos provocan irritación intensa, prurito y secreción oscura similar a posos de café. Otras infestaciones, como las garrapatas en el pabellón auricular o la sarna demodécica localizada, también pueden desencadenar inflamación e infección secundaria.

3. Alergias (Atopia, Alimentarias o de Contacto)

Las alergias son un factor subyacente en muchos casos de otitis recurrente. La dermatitis atópica, las intolerancias alimentarias y las reacciones a productos de limpieza o medicamentos tópicos pueden causar inflamación crónica del conducto auditivo. Los perros alérgicos suelen presentar otitis bilateral, enrojecimiento y picor generalizado, además de infecciones secundarias por bacterias o levaduras.

4. Cuerpos Extraños y Traumatismos

La entrada de cuerpos extraños, como espigas, semillas o suciedad, puede obstruir el canal auditivo y provocar irritación e infección. Los perros que frecuentan zonas boscosas o juegan en el campo son más propensos a este problema. Además, los traumatismos por rascado excesivo o limpieza incorrecta con hisopos pueden dañar el epitelio del oído, facilitando la invasión de patógenos.

síntomas de la otitis externa en perros

5. Enfermedades Endocrinas y Autoinmunes

Trastornos como el hipotiroidismo, el síndrome de Cushing o enfermedades autoinmunes (pénfigo, lupus) alteran la salud de la piel y el sistema inmunológico, predisponiendo a otitis crónicas. Estos casos suelen requerir un manejo multidisciplinario, ya que la otitis es solo un síntoma de una condición sistémica subyacente.

6. Factores Anatómicos y Conformacionales

Algunas razas, como los cocker spaniel, bulldogs o shar-peis, tienen predisposición genética a la otitis debido a sus orejas caídas, conductos auditivos estrechos o exceso de pliegues cutáneos. Estas características favorecen la acumulación de humedad y cerumen, creando un ambiente ideal para infecciones. En casos graves, puede ser necesaria cirugía correctiva (resección de canal auditivo).

7. Exceso de Humedad y Limpieza Inadecuada

La humedad persistente por baños frecuentes, natación o climas húmedos macera la piel del oído, debilitando sus defensas naturales. Por otro lado, una limpieza excesiva o el uso de productos irritantes alteran el pH y la microbiota normal, agravando la inflamación. Se recomienda usar soluciones de limpieza veterinarias y secar bien los oídos tras la exposición al agua.

Conclusión

La otitis externa en perros es multifactorial, pero con un enfoque diagnóstico riguroso y tratamiento adaptado, se logra controlar eficazmente. La educación del propietario y el seguimiento veterinario son pilares para evitar complicaciones y asegurar una vida saludable al perro.