La displasia de cadera es una enfermedad relacionada con las caderas, con el mal anclaje de la misma. Es decir, se produce cuando el fémur y la cadera no encajan perfectamente y la cabeza del fémur queda desplazada. Se trata de una degeneración de la articulación por el mal anclaje y el paso del tiempo. Como consecuencia, se produce cojera y dolor en el perro que lo padece.
La displasia es una enfermedad hereditaria que pasa de generación en generación. De padres a hijos y se agrava por factores ambientales.
Los perros grandes y medianos son más propensos a padecer esta enfermedad que los pequeños. Entre las razas de perros más comunes que pueden padecer esta enfermedad están:
- Pastor alemán.
- Retrievers (labradores y goldens).
- Rottweiler.
- Mastines, San Bernardos, Presa Canario.
- Dogos.
- Carlinos.
- Bulldogs.
Aunque los síntomas de la displasia de cadera varían en función de la raza y edad del perro. Cuando el perro es cachorro los síntomas son:
- El cachorro es menos activo.
- Permanece sentado más tiempo de la cuenta lo que no es normal.
- Se queja al moverse.
- Debilidad en las patas traseras al caminar.
- Camina con las patas de atrás muy juntas casi se cruzan.
- No quiere subir escaleras.
Cuando el perro es adulto los síntomas son:
- Andar raro como con pequeños balanceos.
- Andar despacio.
- Saltos de conejo, con las patas de atrás juntas.
- Pasar mucho tiempo tumbado, no quiere actividad.
- Movimientos lentos al tumbarse o acostarse.
- De pie suele mantener las patas traseras juntas.
- Signos de dolor por la propia atrofia.
- Cojera.
- Cambios de humor.
- Rigidez por las mañanas.
Cuando observemos que nuestro perro pudiera tener displasia, lo primero es llevarlo al veterinario Granada. Este a través de una radiografía verá si tiene o no esta enfermedad y en qué grado.
Normalmente cuando la displasia de cadera se coge a una edad temprana se suele operar para corregir la posición de la articulación. Así aumentaremos también la movilidad. Cuando la displasia de cadera es a otra edad no temprana la solución pasa por la colocación de una prótesis.
Otros tratamientos para la displasia son:
- El uso de fármacos. Antiinflamatorios y analgésicos para aliviar el dolor, siempre controlados por el veterinario.
- Fisioterapia. Ayuda a reducir las tensiones y el dolor.
Por eso desde nuestras clínicas veterinarias, te recomendamos que desde que tu mascota sea una cría, le realices una anamnesis y exploración física. Para así saber en que estado se encuentra tu mascota en todo momento.
Su veterinario Granada le recomienda este artículo para saber más.
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